domingo, 24 de febrero de 2013

Sutra de la Purificación de los Oscurecimientos Kármicos. (Karmavaranavisuddhi)

El Noble Sutra Mahayana llamado Purificación de los Oscurecimientos Kármicos.
Aryakarmavaranavisuddhinamamahayanasutra.
 
Traducido del tibetano por el Grupo de Traducción del Instituto Budista Garchen.
 
Resumen.
El Buda está residiendo en la Arboleda de Mangos, en Vaisali; cuando Mañjushri trae ante El al monje Luz Inmaculada, el cual había sido seducido por una prostituta; y siente un fuerte remordimiento por haber violado sus votos. Después de que el monje confiese su acción errónea, el Buda explica la carencia de existencia inherente en todos los fenómenos, y la naturaleza luminosa de la mente; y el monje Luz Inmaculada genera la Mente de la Iluminación (Bodhicitta). Tal como requiere Mañjushri, el Buda explica la forma en la que los Bodhisattvas purifican los oscurecimientos, generando una mente altruista y realizando la naturaleza vacía de todos los fenómenos. El  Buda le pregunta a Mañjushri sobre su propio logro de la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos; y cuenta la historia del monje Viradatta, quien hace muchos eones, en el pasado, se había implicado en relaciones sexuales con una joven, e incluso había matado a un rival celoso antes de sentir un fuerte remordimiento. A pesar de estas acciones negativas, una vez que la vacuidad, la carencia de una existencia intrínseca en los fenómenos le fue explicada por el Bodhisattva Liberador del Miedo, él fue capaz de generar la mente de la iluminación, y de lograr la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos. El Buda explica que incluso una persona que ha disfrutado de los placeres y que ha asesinado a alguien, sería capaz de lograr la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos a través de la práctica de este Sutra, al cual llamó “El Espejo del Dharma de Todos los Fenómenos.”
Reconocimientos.
Este Sutra ha sido traducido por el Grupo de Traducción del Instituto Budista Garchen. La traducción fue realizada bajo la supervisión de Su Eminencia Garchen Rinpoche, por Ina Bieler; quien quisiera agradecer el apoyo y ayuda del Dr. Tillemans por la introducción a este texto, y por su búsqueda con respecto a ciertos términos técnicos.
Introducción.
La localización de este Sutra es la Arboleda de Mangos de Amrapali, en Vaisali; donde el Buda Sakyamuni enseñó y realizó milagros. El Señor Buda visitó Vaisali varias veces, la primera de ellas, en el quinto año tras su Iluminación, pasó allí toda la estación de lluvias; y más tarde estableció allí, en Vaisali, varias de las reglas del Vinaya; y también pronunció diversos discursos (Sutras). Durante su última visita, anunció que se  aproximaba su Paranirvana. Además, cien años después del Paranirvana del Buda, fue el lugar en el que se celebró el Segundo Concilio Budista.
Este Sutra relata la historia de un monje que fue seducido por una prostituta, y que está sintiendo un profundo remordimiento por sus actos. Mañjushri lo lleva con él para buscar el consejo del Buda. Lo que resulta interesante es la forma en la que el Buda trata con la disciplina monástica, y con el deterioro de los votos por parte del monje; contrastando la visión de la vacuidad o ausencia de una existencia inherente de los fenómenos, y la moralidad. Aquí, la visión de la vacuidad triunfa sobre el código de disciplina monástico, tal como está explicado en el Vinaya. Desde el punto de vista de los votos del monje, el acostarse con una mujer es un desastre, sin embargo, este discurso adopta el punto de vista de la vacuidad. Este es un ejemplo de cómo los códigos de disciplina monástica están subordinados a veces a la visión última de la vacuidad. Aunque el Vinaya es practicado en todos los Vehículos, incluido el Vajrayana, se le dan distintas prioridades. Por ejemplo, en el Mahayana si un monje adopta los votos del Bodhisattva, pueden hacerse ciertas excepciones a sus votos monásticos, tales como el que prohíbe tocar a una mujer, cuando él está empleando los medios hábiles. Aquí, en este texto, aunque es un Sutra Mahayana, el énfasis no está puesto en los medios hábiles, sino en la visión metafísica de la vacuidad.
La edición de Degé de este Sutra fue comparada con las ediciones del canon tibetano de Tok Prodrang y de Lhasa. Este texto fue traducido solamente basándose en las ediciones en tibetano, puesto que el original en sánscrito no ha sido encontrado. Cuando los nombres de los individuos son generalmente conocidos en su forma sánscrita, por ejemplo: Mañjushri, se ha empleado aquí el sánscrito. En el caso de los nombres de muchas otras personas, es difícil desde el tibetano dar una correspondencia correcta con el sánscrito, y en vez de ello han sido traducidos al Inglés.
El título en sánscrito de la obra tal como se transcribe en la edición de Degé, y en la mayor parte de las ediciones del Kangyur, quitando tan solo la parte honorífica, es Karmavaranavisuddhasutra, lo que podría ser traducido como “Purificado de Oscurecimientos Kármicos”. Sin embargo, el Sutra es mencionado en el Siksasamuccaya de Shantideva como Karmavaranavisuddhisutra,  y nosotros hemos seguido esto como el título más probable de la versión original, traduciéndolo como “Purificación de los Oscurecimientos Kármicos.”
De acuerdo al colofón, el Sutra fue traducido del sánscrito al tibetano por los panditas indios Jinamitra y Prajñavarman, y por el editor y traductor principal tibetano, el monje Yeshe De, y otros.
Jinamitra era un pandita de Cachemira que alrededor de finales del siglo octavo a principios del noveno viajó al monasterio de Samye, en Tibet, durante el reinado del Rey del Dharma Trisong Deutsen, para dedicarse a la traducción. El y Yeshe De colaboraron en la traducción de muchos cientos de obras. La traducción tibetana de este texto aparece en la lista del catálogo de Denkarma, compilado en 824, y por tanto fue realizada con la mayor probabilidad a principios del siglo noveno.
 
EL NOBLE SUTRA MAHAYANA LLAMADO “PURIFICACIÓN DE LOS OSCURECIMIENTOS KÁRMICOS”
 
¡Homenaje a todos los Budas y Bodhisattvas!
 
Esto oí una vez:
El Bhagavan estaba residiendo en la Arboleda de Mangos de Amrapali, en Vaisali; en compañía de una gran asamblea de monjes, de quinientos monjes, y de treinta y dos mil Grandes Bodhisattvas, los  Grandes Seres, tales como los Bodhisattvas, los Grandes Seres: Destructor del Orgullo, Sublime Conocimiento Proyectado con Luminosidad, Como una Flor de Loto, Rey de la Difusión de la Luz, Encarnación Apareciendo Siempre Como una Imagen Honorable, Todas las Dudas Disminuidas, Aquel Cuya Inteligencia es como un Océano de Abigarradas Joyas, Morada de las Miríadas de Flores, Rey de la Melodía Completamente Clara, Lámpara del Rey de la Luz, Luz Dorada de la Gloriosa Esencia, Poderoso, Conquistador de Todos los Lugares, Rey de la Melodía Proclamada Abiertamente, Encarnación del Esplendor Encantador; el Gran Bodhisattva, el Gran Ser, Mañjushri el Joven, y otros. En total, estaba acompañado por treinta y dos mil Grandes Bodhisattvas, los Grandes Seres.
En ese tiempo, el monje llamado Luz Inmaculada fue a la gran ciudad de Vaisali para mendigar limosnas. Cuando él estaba haciendo la ronda mendigando limosnas, llegó a la casa de una prostituta, no sabiendo que lo era. Tan pronto como el monje entró en su casa, en la prostituta surgieron deseos llenos de lujuria, y pensó: “Yo no dejaré a este monje marchase sin que se acueste conmigo. Si fracaso, moriré.” Tan pronto como el monje entró en la casa, ella cerró la puerta, y le dijo: “Sería un error por tu parte el no acostarte conmigo. Yo voy a morirme, salvo que tú te acuestes conmigo.”
Entonces el monje Luz Inmaculada habló así a la prostituta: “¡Tía! Yo debo de entrenarme en los preceptos prescritos por el Buda. Yo no me arriesgo a implicarme en la actividad sexual. ¡Por favor, déjame irme! Yo preferiría más morir, que implicarme en el acto sexual."
Ante esto, la prostituta pensó: “Si yo utilizo cierto mantra secreto y cierta droga para seducir a este monje, el seguramente practicará conmigo actos que serán gozosos. Definitivamente, usaré ese mantra secreto y esa droga con este monje.” Pero sin embargo ella le dijo: “Yo tampoco tengo ningún deseo de destruir, o de deteriorar los preceptos prescritos por el Buda. Acepta mis limosnas con la mejor disposición.”
Con estas palabras ella fue para adentro, y hechizó la comida con encantos mágicos y con mantras secretos; y la depositó en la escudilla de mendigar del monje. Tan pronto como ella le sirvió la comida, surgieron en el monje pensamientos inmorales de forma repentina. Fantaseando, generó un enorme anhelo. Cuando la prostituta se dio cuenta del cambio de expresión en el monje, lo cogió con su mano derecha, lo llevó al lecho, y durmieron uno con otro.
Después de que el monje hubiera tenido su placer yaciendo con la prostituta, recogió sus limosnas, fue al templo principal, y pensó: “¡Oh, el enemigo soy yo! ¡Yo he violado todo lo que está contenido en la gran enseñanza del Buda sobre la disciplina moral! Yo ya no soy digno de aceptar las ofrendas de la gente llena de fe. Yo caeré en el reino de los grandes infiernos.”
Sus compañeros monásticos le preguntaron: “¿Por qué reniegas de tu conducta moral?”  Y así, el les contó exactamente lo sucedido, tal como había ocurrido. Sus compañeros monjes dijeron: “Venerable Luz Inmaculada, el Bodhisattva, el Gran Ser llamado Mañjushri el Joven, es experto en la explicación de todas las acciones erróneas. El es un experto en disipar todos los oscurecimientos. El ha obtenido la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos. Incluso el Bhagavan habla bien de él, alabándolo y exaltándolo. Por tanto, venerable, por favor, vete. Iremos a encontrarnos con Mañjushri el Joven. El será capaz de disipar tu dolor.”
Entonces, sin comer su comida, el monje Luz Inmaculada, junto con sus compañeros monjes, partieron hacia la morada de Mañjushri el Joven. Cuando llegaron ante la presencia de Mañjushri el Joven, intercambiaron algunas alegres y deliciosas conversaciones, y entonces le contaron a Mañjushri el Joven lo que había sucedido. Después de esas explicaciones, Mañjushri el Joven le dijo al monje Luz Inmaculada: “Monje, come un poco de esta comida. Una vez que hayas comido, cuéntale esto al Bhagavan; y sigue las instrucciones del Bhagavan.”
Tan pronto como el monje Luz Inmaculada hubo comido, él y sus compañeros monjes, junto con Mañjushri el Joven, partieron hacia donde residía el Bhagavan. Tras llegar ante Él, tocaron con sus cabezas los pies del Bhagavan, y después de circunvalarlo tres veces, se sentaron a un lado. El monje Luz Inmaculada estaba demasiado avergonzado para ser capaz de hablarle al Bhagavan, así que Mañjushri el Joven se levantó de su asiento, puso su manto sobre un hombro, se arrodilló sobre su rodilla derecha, juntó las palmas de sus manos ante el Bhagavan, y le relató al Bhagavan todo lo que había ocurrido.
Cuando le hubo dicho todo lo que había sucedido, el Bhagavan le preguntó al monje Luz Inmaculada: “Monje, ¿Es cierto que hiciste eso?”
Luz Inmaculada: Bhagavan, si, es cierto.
Bhagavan: Monje, ¿Tenías tu una intención previa de practicar una conducta lujuriosa?
Luz Inmaculada: Bhagavan, no, no la tenía.
Bhagavan: Monje, si los pensamientos lujuriosos no surgieron, ¿Cómo es que realizaste una conducta lujuriosa?
Luz Inmaculada: Bhagavan, mi mente lujuriosa surgió más tarde.
Bhagavan: Monje, ¿Actuaste en tu acto pasional con esa mente?
Luz Inmaculada: Bhagavan, no, no lo hice.
Bhagavan: Monje, los seres sintientes, cuando sus mentes están afligidas, llegan a estar dominados por sus aflicciones; cuando sus mentes son purificadas, llegan a hacerse puros. ¿No es ese el Dharma que yo enseño?
Luz Inmaculada: Bhagavan, si, ese es.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿Cuándo duermes, mientras estás soñando, has realizado alguna vez actos pasionales?
Luz Inmaculada: Bhagavan, si, lo hice.
Bhagavan: Monje, ¿No sabes que es tu mente la que mantiene la conducta apasionada?
Luz Inmaculada: Bhagavan, conozco eso.
Bhagavan: Monje, ¿Piensas que hay alguna diferencia de forma tal que tu mente durante el sueño, y tu mente en el estado de vigilia, son algo separado y distinto?
Luz Inmaculada: Bhagavan, yo no veo la menor distinción entre la mente en el sueño, y la mente en el estado de vigilia.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿No he enseñado yo que todos los fenómenos son como sueños?
Luz Inmaculada: Bhagavan, si, lo has hecho.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿Son verdad los sueños?
Luz Inmaculada: Bhagavan, no, no lo son.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿No son la mente durante el sueño, y la mente durante el estado de vigilia no existentes (inherentemente)?
Luz Inmaculada: Bhagavan, indudablemente son no existentes. Sugata, indudablemente no existen.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿Podría algo “no existente” existir en alguna parte?
Luz Inmaculada: Bhagavan, no, no podría.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿Podría algo no surgido aparecer, o cesar? ¿Podría llegar a estar dominado por las aflicciones, o ser purificado?
Luz Inmaculada: Bhagavan, no, no podría.
Bhagavan: Monje, ¿Qué piensas? ¿Podría un fenómeno no surgido ir al reino de los infiernos, o nacer como un animal, o ir al reino del Señor de la Muerte?
Luz Inmaculada: Bhagavan, puesto que las cosas que no han surgido no existen, sería imposible para ellas ir a los reinos inferiores.
Entonces el Bhagavan, dijo: “Monje, mientras que todos los fenómenos son luminosos de esta forma; los seres ordinarios que son como niños construyen fenómenos irreales, fabrican cualidades erróneas, y han construido todos los fenómenos, los cuales son de hecho insignificantes y sin valor. Y de esta forma, ellos irán al infierno, a renacer como animales, y al reino del Señor de la Muerte. Monje, además todos los fenómenos son falsos; tienen la característica de que una vez creados, no permanecen. Monje, todos los fenómenos son compuestos; los seres ordinarios que son como niños han dado origen al apego, al odio, y a la ignorancia. Monje, todos los fenómenos surgen de las percepciones distorsionadas. Monje, todos los fenómenos carecen de existencia, su misma esencia es como un espejismo. Monje, todos los fenómenos carecen de un núcleo, son como el espacio. Monje, como todos los fenómenos carecen de realidad, no son entidades reales. Monje, como todos los fenómenos son insondables como el espacio, son profundos. Monje, como todos los fenómenos no son percibidos, son ampliamente abiertos. Monje, como todos los fenómenos son ultimadamente vacíos, son impermanentes. Monje, como todos los fenómenos no valen para nada, no son fiables. Monje, como todos los fenómenos no tienen ningún valor, carecen de base. Monje, como todos los fenómenos carecen de concepciones afligidas, no tienen límites. Monje, como todos los fenómenos son por naturaleza no surgidos, están completamente libres del dolor. Monje, como todos los fenómenos son vacíos, no están oscurecidos. Monje, como todos los fenómenos por naturaleza están libres del odio, no existe el odio. Monje, como todos los fenómenos son luminosos por naturaleza, no existe la ignorancia. Monje, como todos los fenómenos son como alucinaciones, no hay ninguna maduración kármica. Monje, como todos los fenómenos aparecen de forma equívoca, son como ilusiones. Monje, como todos los fenómenos están construidos falsamente, no son permanentes. Monje, como los seres ordinarios que son como niños proyectan la existencia en los fenómenos no existentes, ellos actúan completamente a ciegas. Monje, como todos los fenómenos son condiciones mutuamente contradictorias, son no surgidos. Monje, como todos los fenómenos carecen de un sendero, son no apegados. Monje, como todos los fenómenos no están verdaderamente afligidos, están libres de las aflicciones. Monje, como todos los fenómenos son tan inmaculados como el espacio, son puros. Monje, como todos los fenómenos no son sino vacío, no son nada más. Monje, como todos los fenómenos son inherentemente no surgidos, están domados. Monje, como todos los fenómenos carecen de un límite primero, de un límite último, y de un medio, son falsos. Monje, como un “no fenómeno” es la causa de otro, los fenómenos están liberados. Monje, como todas las formas son como la hierba, madera, muros, y trozos de basura, son sustancias materiales. Monje, como todos los fenómenos son como el espacio, carecen de esencia. Monje, como un “no fenómeno” es algo que no puede ser objeto de apego, los fenómenos son iguales. Monje, como todos los fenómenos son como un cuerpo hecho de espacio y como una mano vacía, no pueden ser aprehendidos. Monje, como todos los fenómenos han sido objetos de búsquedas exhaustivas de aquellos dotados de sabiduría excelsa, son “no obtenidos”. Monje, como todos los fenómenos están libres de los tres tiempos, son intemporales. Monje, como todos los fenómenos no son nada a lo que permanecer apegado, no son algo en lo que implicarse. Monje, como todos los fenómenos están libres de oscurecimientos, están libres del dolor. Monje, como todos los fenómenos son como el nirvana, están llenos de bienaventuranza. Monje, como todos los fenómenos carecen de un aspecto terrible, no han de ser temidos. Monje, como todos los fenómenos no se observan desde este lado, no hay otro lado. Monje, como todos los fenómenos son incalculables, están más allá de la medida. Monje, puesto que los signos de todos los fenómenos son insignificantes, carecen de signos. Monje, como todos los fenómenos carecen de deseos, son sin deseos. Monje, como todos los fenómenos tienen la naturaleza de las formaciones falsas, no tienen una verdadera formación. Monje, puesto que todos los fenómenos no están perturbados por el pensamiento discursivo, son no elaborados. Monje, como todos los fenómenos están libres del permanecer, son impermanentes. Monje, como todos los fenómenos son siempre claros, son inmaculados. Monje, como el surgimiento de todos los fenómenos es imperceptible, como su surgir carece de significado, como su surgimiento carece de valor, como su surgir es vacio, y como su surgir está lleno de paz, son el nirvana final. Monje, por estas razones, esos fenómenos son exactamente como yo he enseñado. Monje, morando dentro de la esencia de la iluminación, yo no he percibido ni tan siquiera el menor fenómeno que surja, que perezca, que esté afligido, limpiado, oscurecido, encadenado, arrepentido, o miserable.
¿Por qué es así? Monje, como todos los fenómenos siempre son no afligidos, son perfectamente puros por naturaleza.”
Cuando el monje Luz Inmaculada oyó esto sobre la naturaleza de los fenómenos, se sintió satisfecho, y se regocijó. Estaba muy feliz, y sentía gozo y alivio. Deleitado de no tener oscurecimientos, el juntó las palmas de sus manos ante el Bhagavan, se postró, y dijo estos versos al Bhagavan:
“Ah, ah, Poderoso Buda,
Refugio del mundo entero, incluidos los dioses;
Aunque no necesitaste entrenamiento,
Tus buenas cualidades se elevan por encima de todo.
¡Homenaje a ti, que estás libre de todo dolor!
 
Tu otorgas refugio a los desprotegidos,
Y das consejo a aquellos sin guía.
Tu moras en el Sendero de la Bienaventuranza lleno de paz.
¡Homenaje a ti, poderoso Buda!
 
Tu eres la lámpara para los ciegos de este mundo,
Otorgando la visión a aquellos que no pueden ver.
Tu liberas a esos seres que carecen de libertad.
¡Homenaje a ti, poderoso Buda!
 
Tú estás libre del apego y del rechazo,
Y muestras el sufrimiento a los lujuriosos;
Eres el supremo en los Tres Mundos, eres inmaculado y libre de pasiones.
¡Homenaje a ti, que eres inmaculado y limpio!
 
También yo entraré en el despertar,
Pondré fin a la miseria de los seres que están sin ayuda.
Habiendo logrado esa sabiduría
Ya no seré tentado por los caminos más bajos.
 
Yo sufriré durante una incontable miríada de eones,
Pero no olvidaré la mente de la iluminación.
Lo mismo que la Luna dentro de un campo de estrellas,
Así es como tu aparecerás, guardián del mundo.
 
Algunos con mentes inferiores,
Aunque ellos viajan a través del amplio mar,
No llegan a coger muchas joyas,
Sino que solo traen baratijas sin valor.
 
Idénticamente, en algunos, aunque oyen hablar de las manifestaciones de los Budas,
Y de sus fuerzas, no surge en ellos el deseo de la iluminación.
Ellos se apartan del despertar, y se esfuerzan en el Sendero de los Oyentes;
Ellos no penetrarán la vasta expansión de la sabiduría.
 
Lo mismo que algunos, con carácter aniñado,
Aunque ven al rey rodeado por su corte,
Sienten solo inspiración en la habilidad de los ministros,
Y no penetrarán completamente en el conocimiento del rey.
 
De la misma forma están aquellos quienes,
Aunque oyen hablar de los grandes atributos del Buda
Y de la mágica proyección de su sabiduría,
Deciden escoger la mente inferior.
Ellos son perezosos, y sus mentes son débiles.
 
El desapego hacia el mundo de aquellos seguidores del Pequeño Vehículo
Aporta tanta luz como las luciérnagas en la noche.
Pero aquellos que trabajan con el Sol en todo su esplendor,
Cuando obtengan la iluminación, serán eliminadores de la oscuridad.
 
La voz del Buda alcanza los reinos más elevados,
La voz del Buda alcanza a los Nobles.
El Buda, la lámpara suprema de este mundo,
Ilumina el mundo entero, y los reinos de los dioses.
 
Lo mismo que cuando un león es visto entre los zorros,
Y algunos sintiendo interés en las palabras del zorro,
Ignoran la apariencia del león,
Y encuentran deleite en las actividades del zorro.
 
Así sucede también, cuando aquellos ven entre los Oyentes
La apariencia del Supremo León de los Hombres,
Y encuentran deleite en el Pequeño Vehículo.
Indudablemente, sus poderes serán pequeños.
 
¡Que puedan aquellos que buscan la sabiduría
Enseñar siempre sobre el sufrimiento, para ayudar a los seres mundanos!
¡Que puedan buscar la sabiduría verdadera y sublime
La cual no es el fundamento de los Oyentes!
 
Después de escuchar estos versos de fe pronunciados por el monje Luz Inmaculada, cuarenta y dos mil hijos de los dioses generaron la mente de la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. Desparramando flores de mandarava sobre el Bhagavan, Mañjushri el Joven, y el monje Luz Inmaculada, ellos proclamaron: “Monje, muy bien, muy bien. De esta forma, el propósito de alcanzar la iluminación de un Buda es recíproca a la amabilidad del Tathagata.”
En ese momento, el Buda sonrió. Es un atributo de los Budas el que siempre que sonríen irradian luz desde sus bocas en una miríada de colores tales como el azul, amarillo, rojo, blanco, bermellón, cristalino, y plateado. Los diversos colores emergieron, interpenetraron infinitos ilimitados sistemas de mundos con esa luz, y se extendieron hasta los mundos de Brahma. Superando en brillantez incluso el brillo del Sol y de la Luna, la luz entonces retornó, circunvaló tres veces en torno al Bhagavan, y se desvaneció en la coronilla de la cabeza del Bhagavan.
Entonces el Venerable Ananda se levantó de su asiento. Colocando su manto de monje sobre un hombro, hincó su rodilla derecha en el suelo, miró al Bhagavan, juntó las palmas de sus manos, y le preguntó: “Como los Bhagavanes, los Tathagatas, los Arhats, los Budas Perfectamente Iluminados, no sonríen sin causas y condiciones, ¿Cuál es la causa de Tu sonrisa, y cuáles son las condiciones para ello?”
El Bhagavan replicó: “Ananda, el monje Luz Inmaculada ha generado la mente de la iluminación con una noble intención. Yo por tanto predigo que el monje Luz Inmaculada logrará la Insuperable, Perfecta y Completa Iluminación. Ananda, en el futuro, después de que hayan pasado diez eones, el monje Luz Inmaculada hará ofrendas a doscientos veinte millones de Budas,
y alcanzará la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos en presencia del Tathagata, el Arhat, el Perfectamente y Completamente Iluminado Buda Maitreya. El también hará ofrendas a todos los Bhagavanes, los Budas del Eón Afortunado. Posteriormente, después de haber madurado completamente, el llegará a ser el Tathagata El Que Proclama el Rugido del León de la Conducta, Que Es Renombrado Como Siendo el Loto de las Buenas Cualidades. Ananda, el campo de buda del Tathagata, el Arhat, el Perfectamente Iluminado, El Que Proclama el Rugido del León de la Conducta, Que Es Renombrado Como Siendo el Loto de las Buenas Cualidades estará hecho con los siete atributos preciosos. Allí no habrá ni Oyentes ni Realizadores Solitarios, allí solo se reunirán los Bodhisattvas. Además, en este campo de buda les enseñará el Dharma llamado “La Rueda del No Retorno”. También esos Bodhisattvas rápidamente despertarán verdadera y completamente a la Insuperable, Perfecta, y Completa Iluminación. De este modo, sus campos de buda llegarán a estar perfectamente purificados por la excelencia de la sabiduría excelsa, y este sistema de mundial será llamado entonces “Dotado con infinitos Discursos.”
Entonces el Bhagavan le dijo a Ananda: “Ananda, es como esto. De la misma forma que toda oscuridad desaparece con la salida del Sol, Ananda, de forma similar, cualquiera que oiga este Sutra alcanzará la Completa Iluminación, y también obtendrá el estar libre de oscurecimientos con respecto a todos los fenómenos.”
Ante esto, el Venerable Ananda le preguntó al Bhagavan: “Bhagavan, ¿Cómo hace uno para llegar a estar oscurecido, y como para no estar oscurecido?”
Pero el Bhagavan le respondió: “¡Nunca lo pienses, Ananda! ¿De qué te sirve a ti el hacer preguntas sobre ese punto? Ananda, si el Tathagata explicara todo acerca del oscurecimiento y del no oscurecimiento, el mundo y sus dioses llegarían a estar confusos.”
Sin embargo, Mañjushri el Joven hizo esta súplica al Bhagavan: “Bhagavan, por oír sobre oscurecimiento y no oscurecimiento los Bodhisattvas de los quinientos últimos años no generarán más ningún deseo por los asuntos mundanos. ¡Por lo tanto, explícaselo!”
Bhagavan: Mañjushri, considerando el “oscurecimiento”, el apego es un oscurecimiento; el odio es un oscurecimiento; la ignorancia es un oscurecimiento; la generosidad es un oscurecimiento; la conducta moral es un oscurecimiento; la paciencia es un oscurecimiento; el esfuerzo diligente es un oscurecimiento; la meditación es un oscurecimiento; la consciencia transcendente es un oscurecimiento; el percibir al Buda es un oscurecimiento; el percibir el Dharma es un oscurecimiento; el percibir la Sangha es un oscurecimiento; el percibir la vacuidad es un oscurecimiento; el percibir la carencia de signos es un oscurecimiento; el percibir la carencia de deseos es un oscurecimiento; el percibir la verdadera ausencia de las formaciones es un oscurecimiento; el percibir la no producción es un oscurecimiento; el percibir la iluminación es un oscurecimiento. Mañjushri, en resumen, todo lo que es visto como totalmente afligido, o completamente limpiado, todo ello lo deberías de ver como oscurecimientos.
Mañjushri: Bhagavan, ¿Cómo la generosidad puede ser un oscurecimiento? ¿Cómo son es que la conducta moral, la paciencia, el esfuerzo diligente, la meditación, y la consciencia transcendente son oscurecimientos?
Bhagavan: Mañjushri, indudablemente en todos los fenómenos no hay oscurecimientos. No obstante, condicionado por sus pensamientos, los seres ordinarios que son como niños, practican una actividad oscurecida con respecto a la generosidad; y ejercitan una actividad oscurecida con respecto a la conducta moral, a la paciencia, al esfuerzo diligente, a la concentración, y a la consciencia transcendente. ¿Y cómo es esto?
Mañjushri, cuando la gente ordinaria que son como niños practica la generosidad, ellos lo hacen con desconsideración hacia los seres sintientes en situación de pobreza. Debido a su desconsideración, aquellos que practican la generosidad se enfadan y dan lugar a la aparición del rencor. Las faltas del enfado y rencor, los hunden en los reinos del infierno.
Cuando la gente ordinaria que son como niños observan la conducta moral, hablan mal de aquellos de conducta moral negligente, y los tratan despectivamente. Cuando esas observaciones despectivas se repiten a otros, ello origina desconsideración en muchos seres ordinarios, quienes irán a los reinos inferiores como consecuencia de esta falta de respeto.
Cuando ellos practican la paciencia, declaran:”Nosotros tenemos paciencia, mientras que esos otros albergan pensamientos crueles.” Intoxicados con la arrogancia de la paciencia, ellos generan todo el sufrimiento que resulta del no hacer caso de los demás.
Cuando ellos se esfuerzan la diligencia, ellos se ensalzan a sí mismos, y piensan: “Esos otros monjes son perezosos y faltos de diligencia; y sin embargo disfrutan de las ofrendas de los devotos. No son dignos ni tan siquiera de probar el agua de un aljibe.” Como ellos se esfuerzan diligentemente, se alaban a sí mismos, y al mismo tiempo desprecian a los demás. Yo digo que son como niños.
Cuando pasan su tiempo en equilibrio meditativo, ellos generan apego al gozoso éxtasis de la meditación, y piensan: “Nosotros pasamos nuestro tiempo en el equilibrio meditativo. Esos otros monjes pasan su tiempo ocupados en distracciones mentales. Ellos se pasan todo el tiempo disfrutando con entretenimientos frívolos. ¿Cómo podrían ellos llegar a convertirse en Budas? Están lejos de la iluminación de un Buda.”
Aquellos que adoptan actitudes como esta, puesto que generan estos pensamientos despectivos, se aferrarán estrechamente al samsara durante eones. Más tarde, si ellos se dedican al estudio, incluso en el caso de que ellos puedan llegar a alcanzar una gran erudición, ellos imaginarán que de entre todos los fenómenos, la mente es existente.
Cuando observan la consciencia transcendente, ellos desdeñan a los demás.
Yo digo que carecen de conocimiento, yo digo que ellos hablan a pesar de que ellos no saben. Yo digo que no son seres sublimes; yo digo que puesto que conceptualizan, están corrompidos.
Si ellos entran en el Mahayana volverán a pensar: “Nosotros somos lo más destacado en este mundo, somos lo mejor en este mundo, somos lo supremo en este mundo.” Cuando ven a seguidores del Vehículo de los Oyentes, en ellos surge la falta de respeto, los desprecian, los denigran, y hablan mal de ellos. Debido a estos malos pensamientos y condenas, ellos renacerán en los reinos inferiores.”
Mañjushri: Bhagavan, ¿No son alabados los Bodhisattvas debido a las enseñanzas del Buda?
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿No miraran los Bodhisattvas a todos los seres con afecto, no generarán el altruismo de forma natural?
Mañjushri: Bhagavan, si, lo harán.
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿Abandonarían los Bodhisattvas a tan solo unos pocos seres sintientes, tanto que pertenezcan al Vehículo de los Oyentes, al de los Realizadores Solitarios, o al del Mahayana?
Mañjushri: Bhagavan, no lo harían. Puesto que los Bodhisattvas miran a todos los seres de la misma forma; los Bodhisattvas no abandonarían ni tan siquiera a unos pocos seres sintientes.
Bhagavan: Mañjushri, es como esto. Lo mismo que un médico no abandona ni tan siquiera a unos pocos seres sintientes, tanto que sea un rey, un mercader, un cabeza de familia, o un mendicante, sino que los atiende a todos ellos de igual manera con ecuanimidad, y piensa en cómo él podría liberar a todos esos seres sintientes de sus enfermedades; Mañjushri, los Bodhisattvas, los Grandes Seres, cubren con su compasión a todos los seres sintientes, y cuidan de ellos con ecuanimidad. Ellos piensan:”¿Cómo podría yo hacer para que todos estos seres alcancen la liberación definitiva a través de las enseñanzas del Buda?”
Mañjushri, es como esto: lo mismo que un médico se regocija y está complacido cuando una línea de curación permanece sin romperse, de la misma forma los Bodhisattvas, los Grandes Seres, se regocijan y están complacidos cuando el linaje del Buda permanece sin romperse. Mañjushri, no todos los seres sintientes son como médicos. Mañjushri, un médico que tiene la habilidad para sanar es raro. Idénticamente, Mañjushri, no todos los seres son como el Buda; la bodhicitta es algo raro. No todos los seres sintientes pueden soportar el ponerse tal armadura con el propósito de alcanzar la Iluminación. Lo mismo que la gente perezosa puede pensar: “Yo seré médico”, y sin embargo no observan seriamente las prácticas de los médicos, de la misma forma no todos los seres son capaces de generar la mente de la iluminación. La pereza hace que caigan enfermos. Mañjushri, el que la bodhicitta surja de forma natural es raro. La sabiduría exaltada surgiendo de forma espontánea es rara. Una mente vasta es rara. El observar seriamente las enseñanzas del Buda es raro.
Entonces, Mañjushri el Joven le preguntó al Bhagavan: “Bhagavan, ¿Cómo pueden los Bodhisattvas llegar a estar no oscurecidos y purificados, con respecto a todos los fenómenos?”
A esta pregunta,  el Bhagavan le contestó a Mañjushri el Joven: “Mañjushri, los Bodhisattvas que ven a todos los fenómenos como objetos del apego, lograrán la purificación de los oscurecimientos kármicos. Aquellos que ven a todos los fenómenos como objetos de rechazo, lograrán la purificación de los oscurecimientos kármicos. Aquellos que ven a todos los fenómenos como objetos de la ignorancia, lograrán la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, los Bodhisattvas que abiertamente se deleitan en los placeres de los cinco sentidos sin renunciar a ellos o abandonarlos; y aquellos que ven a las enseñanzas del Buda como esencialmente siendo un apego, lograrán la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, los Bodhisattvas que persiguen la iluminación a través de los cinco oscurecimientos, quienes no persiguen y obtienen la iluminación, y que tampoco tienen oscurecimientos, lograrán la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, los Bodhisattvas que han purificado los nueve fundamentos de la hostilidad, alcanzarán el amor desinteresado. Aquellos que genuinamente disciernen cómo se desarrolla la base de su hostilidad hacia una persona determinada, y no obstante no aprehenden un “yo”, o a “otros”, o incluso al amor desinteresado, al estar libres de aprehender a todos los fenómenos de este modo, logran el amor desinteresado supremo. Por lo tanto, los Bodhisattvas dotados de paciencia lograrán la liberación de los oscurecimientos.
Además, Mañjushri, un Bodhisattva que ve al reino del apego como la esfera del nirvana; que ve al reino del rechazo como la esfera del nirvana; que ve al reino de la ignorancia como la esfera del nirvana, logrará la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, un Bodhisattva, un Gran Ser, que verdaderamente ve a todos los fenómenos como las enseñanzas del Buda, logrará la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, un Bodhisattva que ve a todos los fenómenos como surgiendo desde la base del espacio, logrará la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, un Bodhisattva que no distingue entre los fenómenos de la avaricia  y la generosidad; que no distingue entre los fenómenos de la conducta inmoral y el fenómeno de la conducta moral; que no distingue entre el fenómeno de la malicia y el fenómeno de la paciencia; que no distingue entre el fenómeno de la pereza y el fenómeno del esfuerzo diligente; que no distingue entre el fenómeno de la distracción y el fenómeno de la concentración meditativa; que no distingue entre el fenómeno de la sabiduría tergiversada y el fenómeno de la sabiduría, logrará la purificación de los oscurecimientos kármicos.
Además, Mañjushri, un Bodhisattva que está convencido de que todas las aflicciones son el Dharma del Buda, logrará la purificación de los oscurecimientos kármicos.”
Entonces, Mañjushri el Joven le preguntó al Bhagavan: “Bhagavan, ¿Cómo integra el Bodhisattva las enseñanzas del Buda dentro de todas las aflicciones?”
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿Un fenómeno realiza actos aflictivos con respecto a otro fenómeno?
Mañjushri: Bhagavan, no, no lo hace.
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿Un fenómeno realiza actos puros con respecto a otro fenómeno?
Mañjushri: Bhagavan, no, no lo hace.
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿Cómo lograste la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos?
Mañjushri: Bhagavan, yo he obtenido la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos con respecto a todas las aflicciones. ¿Por qué? Bhagavan, puesto que todas las aflicciones surgen desde la base del espacio, yo ni busco, ni abandono, ni manifiesto, ni medito en ningún fenómeno. Bhagavan, los seres ordinarios que son como niños, ni están separados de las enseñanzas del Buda, ni las han realizado; y por ello, Bhagavan, para abandonar las aflicciones yo he abandonado esas aprehensiones respecto de las enseñanzas del Buda.
Entonces el Bhagavan alabó a Mañjushri el Joven: “¡Muy bien hecho, muy bien hecho! Mañjushri, hace mucho tiempo, en el pasado, hace incalculables, inmensurables, inconcebibles, insondables eones, en un sistema mundial llamado Más Fragante; el Tathagata, el Arhat, el Buda Perfectamente Realizado, dotado con Conocimiento Perfecto y Virtud, el Sugata, el Conocedor del Mundo, el Insuperable Guía que Doma a los Seres, el Maestro de Dioses y hombres, el Buda Bhagavan llamado Luz Inmaculada la Esencia del Sol, apareció en el mundo.
Mañjushri, este Tathagata, el Arhat, el Buda Perfectamente Realizado Luz Inmaculada la Esencia del Sol, fue capaz de vivir durante nueve mil eones. Los seres sintientes de ese sistema mundial tomaron interés en los senderos inferiores. El interés en los grandes senderos decreció. Después de que ese Tathagata entrara en el Paranirvana, su Sagrado Dharma perduró durante mil años. Sus reliquias corporales proliferaron, de la misma forma en la que mis reliquias corporales proliferarán.
Mañjushri, en aquel tiempo, apareció allí un monje llamado Viradatta. El practicaba todo lo que está contenido en la enseñanza del Buda sobre la conducta moral. Era modesto, inclinado hacia los entrenamientos superiores; y era docto. Este monje era hermoso, y agradable de ver. Tenía un buen color y complexión. Una mañana, el se vistió, cogió su escudilla de limosnas y su hábito monástico, y se dirigió a la gran ciudad de Vijaya para pedir limosnas. Conforme el anduvo por la ciudad mendigando limosnas, llegó a la casa de un mercader. En la casa de ese mercader estaba la hija del mercader. Su cuerpo estaba bien torneado, era hermosa, agradable de ver, y ella aún no había sido prometida a ningún marido.
Cuando la hija del mercader vio al monje Viradatta, en ella surgieron pensamientos lujuriosos, y pensó: “Si yo no consigo como marido al monje Viradatta, moriré.”
Puesto que era incapaz de hablar de esto con nadie, al estar profundamente afectada por su deseo, llegó a enfermar.
Después de que el monje Viradatta hubo completado su ronda de limosnas, volvió al templo principal. El padre de la joven había fallecido tiempo atrás.
La madre de la chica le preguntó: “¿Por qué has caído tan enferma?” La muchacha no respondió, y continuó con su ayuno. Entonces las amigas de la joven, de la misma edad que ella, y que habían experimentado las mismas alegrías y penas de ella, le preguntaron: “¿Por qué has caído tan enferma?”
Ella contestó: “Cuando yo vi a cierto monje, surgió en mí un gran deseo. Si tengo sexo con ese monje, me curaré de mi enfermedad; pero si no tengo sexo con él, moriré.”
Las otras chicas le contaron a la madre lo que ella les había dicho; respecto de lo cual la madre pensó: “Si ella no tiene sexo con el monje Viradatta, no hay nada que pueda hacerse para impedir la muerte de esta muchacha.” Y entonces ella pensó: “Tengo que lograr que mi hija reciba instrucción del monje Viradatta. Entonces el monje Viradatta vendrá a nuestra casa con asiduidad.”
Posteriormente, el monje Viradatta volvió a la ciudad de Vijaya para pedir limosnas, y de nuevo fue a la casa del mercader mendigando limosna. Cuando entró dentro, y cuando vio que la hija del mercader había llegado a estar tan débil, el preguntó: “¿Por qué ha llegado a estar tan débil y enferma esta chica?”
La madre de la joven replicó: “La moza quería escuchar el Dharma, pero yo se lo impedí. Por eso es por lo que cayó enferma.”
Entonces el monje Viradatta le dijo a la madre de la chica: “No impidas que esta muchacha escuche el Dharma.”
La madre entonces dijo: “Si tu, maestro, le impartes instrucción a ella, yo no impediré a esta joven que escuche el Dharma.”
El monje Viradatta dijo: “Yo instruiré a esta muchacha.”
Entonces la madre dijo: “Por favor, maestro; venga a nuestra casa regularmente.”
Viradatta respondió: “Vendré”
Cuando ella oyó estas palabras del monje, los pensamientos no adecuados de la chica se hicieron menos obsesivos de lo que habían sido; y ella pensó: “Ahora, por todos los medios haré que él actué de acuerdo a mi deseo; yo lo seduciré.” Y ella le dijo al monje: “Maestro, por favor, hazme el favor de venir a nuestra casa.”
El monje Viradatta, sin palabras, manifestó su acuerdo, cogió sus limosnas, y volvió al templo principal.
Entonces la madre de la chica le dijo: “Hija, a partir de ahora, adórnate con joyas, perfuma tu cuerpo con sándalo, vístete con ropas de vistosos colores. Tienes que hacer un esfuerzo para estar segura de que él caerá en tu poder.” Entonces, de acuerdo a ello, la joven se esforzó.
A partir de entonces, el monje Viradatta visitaba su casa con repetidamente, y llegaron a hacerse amigos. Debido al estar viéndola a todas horas, hizo que en él surgieran intenciones lujuriosas respecto a la chica. Pensando con deseo, y estando en compañía de ella, él llegó a estar encadenado por el deseo. Llegó a estar a solas junto con la joven, y también llegó a tener una relación sexual completa con ella. Al tener más intimidad con ella, y adorándola, tuvo relaciones plenas con ella una y otra vez.
El pretendiente que previamente había pedido su mano, oyó que Viradatta había estado durmiendo con la muchacha; y pensando en cómo el monje Viradatta había estado acostándose con la chica una y otra vez, decidió cogerle y matarlo.
Cuando el monje Viradatta oyó que el pretendiente de la joven intentaba matarle, pensó: “Tengo que enviar algún veneno a través de la chica para matar al hijo del mercader.”
Así que el monje Viradatta le dio algo de veneno a la muchacha, y le dijo: “Si me amas, mata a tu pretendiente con este veneno.”
La chica cogió el veneno que le dio el monje, lo mezcló con comida, y lo envió por una doncella, diciéndole: “Vete, y ofrécele esto a mi pretendiente.”
La doncella le ofreció la comida mezclada con el veneno al pretendiente, y el hijo del mercader al comer la comida envenenada, murió. Tan pronto como el monje Viradatta supo que el hijo del mercader había muerto, se sintió profundamente perturbado, pensando: “Yo he cometido una acción horrible. Yo he cometido una acción inexpiable. Yo he sido indulgente en el placer, y además he provocado la muerte de un hombre. ¿Qué tipo de criatura soy? ¿Qué llegaré a ser en una vida futura? Yo caeré en los reinos del infierno.”
El sintió un gran dolor físico, y pensó: “Es verdad que cuando muera, yo iré al reino de los infiernos.” Reflexionado de esta forma, se preguntaba: “¿No hay nadie que pueda liberarme de esta miseria?” Erró de templo en templo, y llegó a caer colapsado al suelo lo mismo que un árbol caído, llorando: “¡Oh, no! ¡Oh, no! Yo tengo que convertirme en un ser sintiente de los reinos del infierno.”
En aquel tiempo, había un templo llamado el Templo de la Nieve. El monje llegó a ese templo, y cuando alcanzó la entrada, cayó al suelo, y lloró: “¡Oh, no! ¡Oh, no! Yo tengo que convertirme en un ser sintiente de los reinos del infierno.” El Bodhisattva, el Gran Ser, Liberador del Miedo entró en el templo, y cuando vio al monje desplomado en el suelo, le preguntó: “Monje, ¿Por qué has caído al suelo?” El monje replicó: “Yo tengo que convertirme en un ser sintiente de los reinos del infierno. He cometido un hecho horrible. Yo he realizado actos sexuales, y también maté a una persona.”
El Bodhisattva Liberador del Miedo le dijo al monje: “Monje, no tengas miedo. Pondré fin a tu temor.”
Cuando el monje Viradatta oyó estas palabras de seguridad, se sintió dichoso y feliz. El Bodhisattva Liberador del Miedo ayudó a Viradatta a levantarse del suelo, lo cogió por su mano derecha, y se marcharon a un espeso bosque, donde se quedaron.
El bodhisattva, el Gran Ser, Liberador del Miedo se elevó, y permaneció suspendido en el aire a la altura de una palmera; y le preguntó al monje: “Monje, ¿Me crees?” El monje juntó las palmas de sus manos, y pronunció estas palabras: “Yo he encontrado al Bhagavan. Yo he encontrado al Sugata.”
Entonces, en ese momento, el Bodhisattva, el Gran Ser, Liberador del Miedo entró en la concentración llamada “El Mudra de la Sabiduría Excelsa de los Tathagatas, la Puerta de Entrada al Dominio de Todos los Budas.” En el momento en el que entró en ese samadhi, emergieron de su cuerpo las formas doradas de Tathagatas dotadas con las Treinta y Dos Marcas. Las formas de esos Tathagatas interpenetraron el bosque. Esos Tathagatas pronunciaron estos versos que están de acuerdo con el Habla Inmaculada:
 
Todos estos fenómenos son como reflejos,
Lo mismo que la Luna aparece reflejada en el agua,
Y sin embargo no está allí.
 
Las mentes inmaduras han llegado a hacerse oscuras y tenebrosas,
Creando pensamientos tóxicos de deseo y de odio.
Todos los fenómenos son como el espacio, siempre claros y puros;
Están más allá del sufrimiento, no permaneciendo, y llenos de paz.
 
No hay nadie que experimente o que realice las acciones.
Todas los fenómenos son paz, irreales, y carecen de esencia propia.
Cuando es examinado desde el interior, el deseo no puede ser encontrado;
Ni nadie ha descubierto nunca al odio.
 
Los seres inmaduros piensan que están apegados,
Y sin embargo no hay nadie que haya estado alguna vez así.
En sueños creen en las formas que ven;
Y con el gusto y el disgusto sus mentes se hacen más torpes.
 
Blanden armas y se esfuerzan en matar,
Cuando de hecho ni las armas ni el matador existen.
De esta forma, los seres inmaduros se implican en el deseo,
En los combates, en resistir, y también como carniceros.
 
Con sus mentes engañadas, están asustados y obcecados;
Con pensamientos de: “Yo tengo que tener esto”, ellos se aferran al goce.
Estas preocupaciones mundanas son como sueños,
Tales fenómenos carecen de valor, son vacíos, no tienen esencia propia.
Son como un espejismo, y son similares a una nube.
 
El deseo carece de signo, y el engaño es paz.
Los fenómenos parecen pajas de hierba y paredes.
La mente no puede ser encontrada ni dentro, ni fuera.
El deseo no es una criatura viva, ni una persona.
El odio no es ni un individuo, ni una cosa.
 
Las causas y condiciones forman los fenómenos;
Las ilusiones nunca confunden o actúan;
Como la Luna en un charco de agua, son no producidos.
 
El cuerpo tampoco está allí;
Apegarse a él es inútil;
Mana de la ilusión, y es vacuidad.
Aferrándose a algo, los seres inmaduros diferencian y construyen.
 
Las ilusiones son inútiles, ausentes, vacías;
No existe el apego, el rechazo, ni la ignorancia;
Todos los fenómenos están vacíos de atributos.
 
No viéndose la raíz, están en paz desde el mismo principio;
No teniendo final, son vacíos y carecen de existencia propia.
El deseo es luz clara, la ignorancia es paz perfecta.
 
Cuando los que son como niños ven las imágenes reflejadas,
Ellos creen que son una entidad verdadera.
Siendo inútiles y no aprehensibles, las cosas no existen;
Sin embargo los seres ven erróneamente su carencia de esencia.
 
Esos fenómenos son como ilusiones ópticas:
El deseo, la ignorancia, y el odio, todos ellos son inaprehensibles;
Son como espejismos, como sueños,
Y como la Luna en un charco de agua.
 
Nadie debiera de ansiarlos o de odiarlos; son inocuos y vacíos.
Ninguna de las percepciones puede ser encontrada;
Ninguna de estas elaboraciones existe.
Las cosas no son observables; y están perfectamente en paz.
 
La ignorancia, el deseo, y el odio no existen;
Estas ilusiones nunca serán reales.
Todos los fenómenos, siendo como ilusiones o sueños,
Siendo una apariencia, no existen.
 
Similarmente, aunque la Luna es vista en el charco,
La Luna nunca entra en el agua.
Así, aunque los seres infantiles odien y deseen,
Lo que ellos odian y desean, nunca es real.
 
El deseo no puede ser aprehendido, y el odio no existe.
La ignorancia es luz clara; las condiciones son vacío.
Los seres no son percibidos, y no hay vida.
 
Todas las cosas carecen de importancia; están llenas de paz; y carecen de esencia.
No hay ojos, no hay oídos;
La nariz no puede ser encontrada, ni tampoco la lengua;
Nada material tiene esencia propia alguna.
 
Al estar intoxicados, los que son como niños están confusos.
El espacio carece de delimitación, es ilimitado, infinito,
Inexhaustible, y no producido.
 
Así son también todos los fenómenos:
Son como lluvia en el cielo, prístinos y cristalinos.
Todos los diversos fenómenos son fabricados,
Pero ninguna de estas elaboraciones es nunca real.
 
Los seres infantiles se aferran a los agregados,
Pero ninguno de ellos es real.
El sabio no piensa en real o irreal,
Sino que ve la verdadera naturaleza de todas las cosas como paz.
 
Contemplándolas como no surgidas, y no aprehensibles;
Sabe que tampoco sus  propios cuerpos
Han existido alguna vez.
 
Todas las cosas son luminosas, no encadenadas, y libres;
Llenas de paz, no permaneciendo, y más allá de la miseria;
Ninguna de ellas puede ser cogida;
Cuando llegue a realizar esto, el sabio será libre.
 
Cuarenta y dos mil hijos de los Dioses se habían reunido en el bosque para escuchar la enseñanza del Bodhisattva Liberador del Miedo, y tras oír estos versos alcanzaron la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos. El monje Viradatta también llegó a estar completamente libre de los grilletes, y viendo con una mente de la Iluminación genuina a toda esa imponente colección de las emanaciones del Tathagata, reconoció completamente la naturaleza de esta enseñanza, y alcanzó la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos.
Mañjushri, si te preguntas si en aquel tiempo el Bodhisattva Liberador del Miedo fue algún otro más, no lo encontrarías. ¿Por qué? Porque el Bodhisattva Maitreya en aquel tiempo fue el Bodhisattva Liberador del Miedo.
Mañjushri, si te preguntaras si en aquel tiempo el monje Viradatta fue algún otro, no lo encontrarías. ¿Por qué? Porque el Tathagata Joya Lunar Realizando Acciones Iluminadas, era el monje Viradatta en aquel tiempo.
Al oír esto, Mañjushri el Joven le preguntó al Bhagavan: “Bhagavan, ¿El monje Viradatta alcanzó la Manifiesta Completa Iluminación?
Bhagavan: Mañjushri, él alcanzó la Manifiesta Completa Iluminación, y se convirtió en el Tathagata Joya Lunar en el Oeste; en un sistema mundial llamado Luz Eterna, muchos campos de Buda más allá de este campo de Buda, tantos como granos de arena hay en el Rio Ganges.
Mañjushri, considera como alguien que practicó esta enseñanza del Dharma llegó a alcanzar la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos, a pesar de haber participado en todo lo que él deseó; y de incluso haber interrumpido la vida de otro. ¿Cómo puede ser esto? Es debido a que el comprendió que todo en los Tres Mundos es irreal, y que todos los seres sintientes son como ilusiones ópticas.
Mañjushri, cuando uno permanece en la mente semejante a un espejo, no existen oscurecimientos con respecto a ningún fenómeno.
Además, Mañjushri, los seres ordinarios que son como niños caen dentro de los reinos del infierno, o en el nacimiento como animales, o dentro del reino del Señor de la Muerte, debido a sus propios pensamientos discursivos. Imaginando fenómenos no existentes, ellos experimentan un infinito sufrimiento.
Mañjushri: Bhagavan, ¿Qué cualidades obtendrá en esta misma vida un Bodhisattva que comprende, sostiene, domina perfectamente, y honra este Sutra?
Bhagavan: Mañjushri, ¿Qué piensas? ¿Cómo es de beneficioso para los hombres de Jambudvipa la salida del Sol?
Mañjushri: Bhagavan, el beneficio es inconcebible; hay una luz ilimitada, permite a la gente dedicarse a sus actividades.
Bhagavan: Mañjushri, similarmente, a través de este Sutra, todas las aflicciones del Bodhisattva serán disipadas, y la ilimitada luz de la sabiduría exaltada surgirá. Entonces el logrará liberarse de los oscurecimientos con respecto a todos los fenómenos. Llegará a estar libre de la miseria, y todos los grilletes también se desvanecerán. El también realizará rápidamente una confianza no apegada. Ningún Mara o adversario será capaz de vencerle. El también enseñará el Dharma, y además enseñará el Dharma con una seguridad ilimitada.
Mañjushri, es como esto. Lo mismo que cuando un fuego se propaga quema toda la hierba y madera, Mañjushri, similarmente, este Sutra quema todas las aflicciones.
Mañjushri, es como esto. Lo mismo que la majestuosa montaña nevada eclipsa a todas las montañas negras, Mañjushri, similarmente, un Bodhisattva que es diestro en este Sutra subyuga y eclipsa en virtud a todos los oponentes.
Mañjushri, es como esto. Lo mismo que un emperador universal eclipsa a todos los reyes regionales, Mañjushri, similarmente, un Bodhisattva que permanece en este Sutra eclipsa a aquellos que son hábiles en el lenguaje y en la composición.
Mañjushri, es como esto. Lo mismo que un monje que observa las reglas del Vinaya es diestro en el controlar todas las caídas, Mañjushri, similarmente, un Bodhisattva con destreza en este Sutra es capaz de disipar el remordimiento de todos los seres sintientes en las diez direcciones.
Mañjushri, es como esto. Lo mismo que la salida del Sol hace desaparecer la tenebrosa oscuridad, Mañjushri, similarmente, un Bodhisattva que es diestro en este Sutra disipa las aflicciones de todos los seres sintientes, y origina el que se manifieste la luz de la sabiduría exaltada.
Mañjushri, esto es así porque quien se entrena en este Sutra, se entrena en el entrenamiento superior de la consciencia transcendente.
Entonces, Mara, el Maligno, vino a donde estaba el Bhagavan, y le dijo: “Bhagavan, Tu eres compasivo. Tu eres el médico de todos los seres sintientes, y estás dotado con un corazón amoroso. Si esto es así, Bhagavan, todas las moradas de Mara están sacudidas; y yo también estoy golpeado por un penoso sufrimiento. Bhagavan, por favor, no expongas este Sutra. Bhagavan, yo haré todo lo posible de forma que este Sutra no sea practicado en Jambudvipa. Yo haré todo lo posible de forma que nadie comprenda, sostenga, y domine este Sutra. Yo haré todo lo posible para hacer que los seres perciban a este Sutra como un camino erróneo. Yo haré que ellos perciban los Sutras elaborados con visones corrompidas. Yo emplearé todos los medios para hacer que surjan diversos grilletes, de forma que los monjes abandonen este Sutra.”
En aquel instante, por el poder milagroso del Buda, Indra, el Jefe de los Dioses, apareció ante el Bhagavan. Se postró con su cabeza a los pies del Bhagavan, arrojó flores de mandarava hacia el Bhagavan, y le dijo: “Bhagavan, si Mara, el Maligno, deliberadamente intenta hacer declinar este Sutra, Bhagavan, entonces yo comprenderé este Sutra; yo lo sostendré, y lo dominaré perfectamente. Y después de que el Bhagavan y el Venerable Ananda hayan pasado al Paranirvana, yo haré que este Sutra sea practicado en Jambudvipa. Ordenaré a los Cuatro Grandes Reyes y a las huestes de los yakshas, junto con sus séquitos, que guarden, protejan, y amparen esta enseñanza. También yo guardaré, protegeré, y ampararé a aquellos que comprendan, sostengan, lean, y dominen perfectamente este Sutra.”
A continuación el Bhagavan le dijo al Venerable Ananda: “Ananda, comprende este Sutra, establécelo, reúnelo, domínalo perfectamente, y enséñaselo ampliamente a otros. Porque Ananda, este es el Espejo del Dharma de todos los fenómenos.”
Ananda: Bhagavan, de acuerdo con la orden del Tathagata, yo comprenderé este Sutra. Bhagavan, ¿Cuál es el nombre de este Sutra? ¿Cómo debería de ser recordado?
Bhagavan: Ananda, por todas esas razones, recuerda este Sutra con el nombre de “Purificación de los Oscurecimientos Kármicos”. Recuérdalo también con el nombre de “Entrando en la No Oscurecida Sabiduría Exaltada.”
Cuando este Sutra fue expuesto, las mentes de sesenta monjes fueron liberadas de las impurezas, sin restos. Ochenta Bodhisattvas alcanzaron la paciente aceptación al ver la no producción de todos los fenómenos. Cuando el Bhagavan hubo expuesto esto, Mañjushri el Joven, el Venerable Ananda, los monjes, y los mundos de los Dioses, humanos, Asuras, y gandharvas se regocijaron, y alabaron grandemente las palabras del Bhagavan.”
 
ESTO CONCLUYE EL NOBLE SUTRA MAHAYANA CONOCIDO COMO “PURIFICACIÓN DE LOS OSCURECIMIENTOS KÁRMICOS.”
 
Este Sutra fue traducido y editado por los panditas indios Jinamitra y Prajñavarman, y por el editor y traductor principal, el monje Yeshe De, junto con otros.
 
 
Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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